Qué sería de las peluquerías o de las barberías sin sus impresionantes y muy elegantes sillas de peluquería, que se encargan de otorgar la personalidad al negocio y que es la primera que actúa como un imán de clientes. La barbería es considerada en muchas partes como un arte más que como un oficio y, de hecho, la mayoría de las personas crean un vínculo con su estilista, por lo que más que una relación de ir a cortarse el cabello, es una cita para visitar a un amigo.
Se trata de uno de los oficios más antiguos conocidos y por ello tiene relación histórica con muchas culturas y sociedades importantes como son las paleolíticas y las egipcias, pero también en Imperio Romano o en la Antigua Grecia era posible encontrar a personas dedicadas a este oficio. La labor de los peluqueros fue evolucionando con el paso de los años, pero al mismo tiempo las herramientas y los muebles de peluquería también lo hicieron, por lo que las sillas también han tenido cambios importantes.
La evolución de los sillones utilizados en las peluquerías
En un principio, en el oficio sólo se utilizaban sillas, bancos o sillones para poder llevar a cabo la labor, pero con el paso del tiempo, el trabajo del peluquero se fue profesionalizando hasta llegar a los cirujanos barberos de la Edad Media, un tema que es interesante porque los barberos además de cortar cabello eran los encargados de hacer cirugías dentales. Tuvieron que pasar muchos años hasta que ambas profesiones se dividieron y entonces empezó el camino del peluquero y el barbero tal y como lo conocemos en la actualidad.
Ya para el siglo XIX, la profesión del barbero se encontraba en pleno auge debido a que las tecnologías de la época permitieron avances significativos en la forma en que se desarrollaban los oficios. Las herramientas del barbero evolucionaron, pero también fueron evolucionando las sillas de peluquero y el mobiliario en general. A mediados de este siglo fue que se comenzaron a patentar diferentes ideas de sillones, que buscaban facilitar las labores del barbero y el peluquero.
Los sillones para peluquero y barbero comenzaron a patentarse
En el año 1878, la empresa Archer Company afincada en Sant Loius fue la encargada de patentar el primer sillón reclinable con reposapiés, es decir el diseño básico de la silla de peluquería que se conoce en la actualidad. La silla fue sufriendo constantes modificaciones de la mano de distintas compañías, que buscaban mejorar el modelo y entonces ser más competitivas en el mercado. Todo ello fue aprovechado por la Koch Company, que sacó a la venta sus sillones de última generación, que estaban hechos de mejores materiales y eran además capaces de reclinarse y girarse para lograr el máximo confort tanto en los peluqueros como en los clientes.
Años más tarde, un inmigrante alemán llamado Ernest Koken revolucionó el mundo de las sillas de barbería y de peluquero, ya que, hasta esos momentos, para subir o bajar la altura de la silla era necesario girarla muchas veces en una u otra dirección. A partir de 1906 se comenzó a utilizar una palanca, pues acababa de inventar la silla hidráulica. La revolución que causó ese sistema fue de tal magnitud, que hoy en día se sigue utilizando y además se ha implementado a otro tipo de sillas como las de oficina, por ejemplo.
Esta tecnología pronto fue copiada por muchas otras compañías, aunque con ligeras variaciones, ya que el modelo había sido patentado. Las empresas comenzaron a vender sillas más baratas, aunque con menor calidad, ya que comenzaron a sustituir la piel por algún tipo de vinil, lo que restaba personalidad a las barberías, es decir que aquellas que querían tener un público más refinado, optaban por comprar aquellas sillas de mayor calidad, pero más costosas.
Con el paso de los años fueron apareciendo nuevas compañías que fabricaban sillones de barbero de distintas formas. Gracias al auge del negocio, en los últimos años hemos visto volver a las barberías y peluquerías que cuentan con muebles Vintage, es decir aquellos que eran tradicionales a mediados del siglo pasado y que otorgaban personalidad a los espacios. Hay que decir que este auge ha hecho que muchas empresas produzcan muebles y sillas de barbería, pero no todos suelen ser de calidad, por lo que se recomienda acudir con una empresa especializada que ofrezca productos de primer nivel, como es el caso de Mueble Belleza JB.
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